Global Nature ha desarrollado por tercer año consecutivo una campaña de anillamiento científico de aves en la laguna de las Charcas del Cruce, en el término de la localidad de Castromocho.
Hace escasos días, técnicos y responsables de la Fundación Global Nature -que gestiona un proyecto de restauración de las lagunas del Canal de Castilla, cofianciado por la Unión Europea- comprobaron con sorpresa la presencia de golondrinas en la Laguna de la Nava, un hecho insólito en la etapa final del otoño, cuando ya deberían haber llegado a zonas de África para pasar el invierno.
En cambio, la población de gansos que recala en este humedal del Canal de Castilla procedente de zonas más frías apenas se ha reducido notablemente y sólo ha llegado un tercio, comparado con otros años. Las causas de estos repentinos cambios de hábito de las aves no son otras que las altas temperaturas de este otoño en parte del hemisferio norte. «En lugar de bajar desde Europa hasta la Nava, como es habitual, muchas aves no han sentido la necesidad de cambiar de lugar para sobrevivir», señala el responsable de la Fundación Global Nature, Fernando Jubete.
La reflexión que despiertan estos comportamientos resulta obvia. ¿Se han convertido las lagunas de la Nava en un barómetro para detectar el cambio climático? Jubete no se atreve a confirmar tal aseveración, pero sí reconoce que el calentamiento climático también puede haber llegado ya hasta los humedales del Canal de Castilla. «En la Nava existen indicadores de que algo puede estar pasando», señala con cautela el naturalista.
La observación de aspectos biológicos de las aves migratorias en el otoño es parte del trabajo que desarrolla la Fundación Global Nature en las lagunas del Canal de Castilla, que se han confirmado como el lugar de paso estratégico para distintas especies de pájaros en el norte de España. La fundación trabaja en el este proyecto financiado por la Comisión Europea, donde participan como socios confinanciadores la Confederación Hidrográfica del Duero, la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León y la Diputación de Palencia.
Para profundizar en el estudio, Global Nature ha desarrollado por tercer año consecutivo una campaña de anillamiento científico de aves en la laguna de las Charcas del Cruce, en el término de la localidad de Castromocho. En los trabajos de este año, que se iniciaron a mediados de julio hasta la mitad del pasado mes de octubre, se han capturado 3.071 ejemplares de 58 clases de aves, entre ellas, el carricerín cejudo, una especie en peligro de extinción en todo el mundo que tiene en los humedales del Canal de Castilla uno de los pocos enclaves conocidos de paso migratorio.
La delicada situación de este pájaro, de tamaño diminuto, debido a las distintas amenazas que condicionan su supervivencia han resultado determinantes para que se encuentre globalmente amenazado de extinción. El hábitat que ocupa -praderas de vegetación inundadas- ha sufrido un fuerte retroceso en el continente europeo, por lo que su área de distribución se limita a ocho países de Europa del Este. El 90% de su población mundial, estimada entre 12.000 y 20.500 machos cantores, se concentra en Bielorrusia, Polonia y Ucrania.
Los trabajos de anillamiento resultan muy útiles para profundizar en el estudio de las migraciones y para definir un patrón de comportamiento de las aves, señala también el técnico de Global Nature Carlos Zumalacárregui. «Estos estudios se realizan también en otros países, con lo que al capturar aves con anillos ya colocados podemos intercambiar información y definir de forma conjunta las rutas que utilizan en los recorridos migratorios», destaca el ecologista.
El Norte de Castilla, 9 Diciembre 2009.
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