Hacer un balance político de estos años es una ardua tarea y un complicado ejercicio de memoria. Siempre he vivido en Castromocho, mi pueblo, y llevo 25 años como alcalde para ayudar a mis vecinos en todo lo que esté en mi mano. Cuando me dieron la oportunidad de acceder al Ayuntamiento, Castromocho era muy diferente a lo que hoy conocemos de él, aunque si una cosa no ha cambiado ha sido la comunidad que conformamos sus habitantes.
Por aquel entonces, la mitad del pueblo estaba sin asfaltar y tuvimos que trabajar muy duro para conseguir que todo el municipio luciese como lo hace ahora. Tampoco teníamos polideportivo, frontón o pista de pádel, servicios que hemos ido ofreciendo a nuestros vecinos para mejorar su calidad de vida y para fijar población en la localidad.
Hemos invertido mucho en nuestro pueblo. Algunas ayudas han venido concedidas por la Diputación y otras por los Planes Provinciales. Unas cuantías económicas que han servido para adaptarnos a los tiempos que corren y sin las cuales no habríamos evolucionado al pueblo que hoy somos. Me siento muy orgulloso del pueblo, de sus gentes y del estado en el que se encuentra en la actualidad.
En Castromocho estamos censados 243 habitantes y viviendo durante todo el año somos en torno a 120 vecinos. Somos un pueblo cercano a la capital. Nos separan de Palencia solo 25 kilómetros y por ello tenemos un gran potencial como ciudad dormitorio. También contamos con ocho viviendas sociales que albergan a ocho familias, cuyo empadronamiento ha supuesto un alivio demográfico para nosotros. Personas que se han sumado al pueblo unido que formamos los castromochinos.
Hay que ser agradecido y hay que reconocer la labor que ha hecho la Diputación de Palencia. Siempre nos han ayudado en lo que han podido y para pueblos como el nuestro son un engranaje fundamental y actúan como asesores del secretario del municipio.
El Norte de Castilla, 1 Mayo, 2023
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