Quince años de rutas, direcciones y correspondencia en la provincia de Palencia. María Jesús Alonso recorre a diario los municipios más próximos a la capital, entregando cartas a los vecinos, pero también nuevos servicios que han surgido con los años.
Hasta hace escasos años, su visita era probablemente una de las más esperadas en cada pequeño pueblo de la provincia. Acercaban a cada rincón de nuestra geografía rural las cartas de familiares o allegados, las tradicionales postales navideñas e incluso la prensa. Cada día, recorren decenas de kilómetros y los escasos vecinos que pueblan hoy la 'España vaciada' agradecen su presencia con un trato que se ha vuelto ya familiar.
«Buenos días Mari Carmen». «Buenos días, ¿qué? ¿tengo algo?». Este diálogo da la bienvenida a María Jesús Alonso (Venta de Baños, 1957) en Fuentes de Nava. Son las 10:30 horas y la jornada de Alonso se detiene a 30 kilómetros de la capital. Fuentes conforma la primera parada de un itinerario que le llevará a Autillo de Campos, Abarca de Campos, Castromocho y Baquerín, además de otras fincas y viviendas emplazadas en las proximidades de la carretera a León. A las 14:30 horas tendrá que estar en la oficina central de Palencia. Junto a otros siete compañeros, cubre las rutas rurales más próximas a la capital.
Aunque cursó estudios de Magisterio, su relación con Correos se remonta a una larga saga familiar. Su padre, su tío y sus abuelos, en Barcelona, así como algunos primos también trabajaron o trabajan para la empresa pública de servicios postales. «Fue un poco por salida y un poco por vocación», reconoce María Jesús, para quien el trabajo en los pueblos es «más cercano». «Aquí tienes mucha relación con la gente, es muy agradable. Hay una relación especial, como con el médico, te cuentan sus cosas «, destaca Alonso, quien antes de solicitar un cambio de destino en Palencia trabajó algunos años en Madrid.
«Me levanto a las 6 de la mañana, pero mi jornada no comienza hasta las 07:30», explica. Tras su llegada a la central, recoge la correspondencia y la organiza «pueblo por pueblo y calle por calle», puntualiza. Lleva más de 15 años repartiendo en Castromocho y alrededor de 8 años en Fuentes de Nava. De hecho, conoce a la perfección su callejero y los nombres de buena parte de sus vecinos. Intercambian saludos y comentarios, extienden recuerdos para otros conocidos comunes o conversan sobre el tiempo. El trato es tan familiar que, en algunas ocasiones, «te dan huevos, productos de la matanza o verduras de la huerta», resalta Alonso, para quien «el trabajo siempre se hace mejor con una sonrisa y buen humor». Con el tiempo, añade, «sabes hasta álgebra». De los 166 efectivos que integraban la plantilla de Correos en Palencia en marzo de 2021, 55 lo hacían en el medio rural: 32 son mujeres y 23 hombres.
Durante los primeros meses del Estado de Alarma los carteros y las carteras fueron personal esencial, aunque el volumen de envíos que hacían llegar a cada casa decreció de forma significativa. «En los pueblos que yo llevo no ha habido, afortunadamente, muchos casos de coronavirus. El confinamiento más duro lo llevaron muy bien los vecinos, prácticamente no veías a nadie, pero el reparto era mucho menor», recuerda Alonso. Pese a todo, las cifras de la empresa pública se han consolidado gracias al incremento de los servicios de paquetería y cartas urgentes, que durante 2020 aumentaron en un 8,39 % respecto al año anterior. Estos envíos superaron los 208,9 millones. La paquetería, subraya la cartera, «ha subido mucho. Además, hay menos envíos de cartas personales, pero en los pueblos la gente aún quiere poder ver en papel el recibo del banco».
Pese a la vertiginosa transformación que ha vivido el modelo de negocio postal durante la última década, las claves del trabajo de Alonso tienen mucho más que ver con los pequeños detalles. «¡Cuánto tiempo sin verte!, ¿has venido a medirte la tensión?», le pregunta Alonso a una mujer de 91 años que sale del consultorio local de Fuentes. «Cuando me asignaron Fuentes no tenía ni idea del pueblo. Tienes que trabajártelo y pasan tres o cuatro meses difíciles hasta que lo conoces», explica la cartera, quien invita a todos los nuevos compañeros que se están sumando a la plantilla a «tener paciencia» y a «acercarse a cada vecino con el mejor trato posible». Lo sabe Yolanda Varas, vecina de Fuentes, quien alaba de la cartera su «buen trato»: «es responsable y te ayuda con cualquier cosa». También Luis Carlos Santiago, que ve en Alonso un ejercicio de «cercanía».
«Buenos días Mari Carmen». «Buenos días, ¿qué? ¿tengo algo?». Este diálogo da la bienvenida a María Jesús Alonso (Venta de Baños, 1957) en Fuentes de Nava. Son las 10:30 horas y la jornada de Alonso se detiene a 30 kilómetros de la capital. Fuentes conforma la primera parada de un itinerario que le llevará a Autillo de Campos, Abarca de Campos, Castromocho y Baquerín, además de otras fincas y viviendas emplazadas en las proximidades de la carretera a León. A las 14:30 horas tendrá que estar en la oficina central de Palencia. Junto a otros siete compañeros, cubre las rutas rurales más próximas a la capital.
Aunque cursó estudios de Magisterio, su relación con Correos se remonta a una larga saga familiar. Su padre, su tío y sus abuelos, en Barcelona, así como algunos primos también trabajaron o trabajan para la empresa pública de servicios postales. «Fue un poco por salida y un poco por vocación», reconoce María Jesús, para quien el trabajo en los pueblos es «más cercano». «Aquí tienes mucha relación con la gente, es muy agradable. Hay una relación especial, como con el médico, te cuentan sus cosas «, destaca Alonso, quien antes de solicitar un cambio de destino en Palencia trabajó algunos años en Madrid.
«Me levanto a las 6 de la mañana, pero mi jornada no comienza hasta las 07:30», explica. Tras su llegada a la central, recoge la correspondencia y la organiza «pueblo por pueblo y calle por calle», puntualiza. Lleva más de 15 años repartiendo en Castromocho y alrededor de 8 años en Fuentes de Nava. De hecho, conoce a la perfección su callejero y los nombres de buena parte de sus vecinos. Intercambian saludos y comentarios, extienden recuerdos para otros conocidos comunes o conversan sobre el tiempo. El trato es tan familiar que, en algunas ocasiones, «te dan huevos, productos de la matanza o verduras de la huerta», resalta Alonso, para quien «el trabajo siempre se hace mejor con una sonrisa y buen humor». Con el tiempo, añade, «sabes hasta álgebra». De los 166 efectivos que integraban la plantilla de Correos en Palencia en marzo de 2021, 55 lo hacían en el medio rural: 32 son mujeres y 23 hombres.
Durante los primeros meses del Estado de Alarma los carteros y las carteras fueron personal esencial, aunque el volumen de envíos que hacían llegar a cada casa decreció de forma significativa. «En los pueblos que yo llevo no ha habido, afortunadamente, muchos casos de coronavirus. El confinamiento más duro lo llevaron muy bien los vecinos, prácticamente no veías a nadie, pero el reparto era mucho menor», recuerda Alonso. Pese a todo, las cifras de la empresa pública se han consolidado gracias al incremento de los servicios de paquetería y cartas urgentes, que durante 2020 aumentaron en un 8,39 % respecto al año anterior. Estos envíos superaron los 208,9 millones. La paquetería, subraya la cartera, «ha subido mucho. Además, hay menos envíos de cartas personales, pero en los pueblos la gente aún quiere poder ver en papel el recibo del banco».
Pese a la vertiginosa transformación que ha vivido el modelo de negocio postal durante la última década, las claves del trabajo de Alonso tienen mucho más que ver con los pequeños detalles. «¡Cuánto tiempo sin verte!, ¿has venido a medirte la tensión?», le pregunta Alonso a una mujer de 91 años que sale del consultorio local de Fuentes. «Cuando me asignaron Fuentes no tenía ni idea del pueblo. Tienes que trabajártelo y pasan tres o cuatro meses difíciles hasta que lo conoces», explica la cartera, quien invita a todos los nuevos compañeros que se están sumando a la plantilla a «tener paciencia» y a «acercarse a cada vecino con el mejor trato posible». Lo sabe Yolanda Varas, vecina de Fuentes, quien alaba de la cartera su «buen trato»: «es responsable y te ayuda con cualquier cosa». También Luis Carlos Santiago, que ve en Alonso un ejercicio de «cercanía».
A primeros de mes
Su trabajo, sin embargo, es a veces estresante, reconoce, y en especial durante los primeros días de cada mes, cuando se acumulan las entregas en la zona. Tanto es así que María Jesús recuerda con cariño una anécdota que le sucedió hace algún tiempo. Puntualmente, evoca, llevaba las cartas a un vecino de Fuentes de Nava y, en ausencia de buzón, colaba la correspondencia por debajo de la puerta de entrada. Tras invitar al propietario de la casa a instalar uno, éste aceptó, pero la cartera no fue consciente de ello hasta que cierto día el vecino le sorprendió en el reparto y le inquirió con simpatía: «¿por qué no metes las cartas en el buzón?».
La labor que desarrollan estos carteros y carteras rurales sufrirá importantes transformaciones antes de que concluya el año. Tras un proyecto piloto de Correos en las provincias de Jaén y Lugo, la empresa estatal extenderá un nuevo paquete de servicios a los vecinos del medio rural de nuestro país.
Los 6.400 empleados de la plantilla que operan en estas zonas más despobladas o con mayor déficit de servicios podrán vender a domicilio sellos, sobres prefranqueados y acolchados, así como embalajes de diferentes tamaños para acondicionar sus paquetes y envíos. Asimismo, los vecinos de muchos pueblos de esta España despoblada podrán adquirir los distintivos medioambientales de la DGT que correspondan a sus vehículos, ingresar dinero en su cuenta bancaria a través del servicio 'Correos Cash' y realizar el pago de recibos de servicios como la luz, el gas o el teléfono, con tarjeta bancaria y a través de la PDA de los carteros y las carteras.
La labor que desarrollan estos carteros y carteras rurales sufrirá importantes transformaciones antes de que concluya el año. Tras un proyecto piloto de Correos en las provincias de Jaén y Lugo, la empresa estatal extenderá un nuevo paquete de servicios a los vecinos del medio rural de nuestro país.
Los 6.400 empleados de la plantilla que operan en estas zonas más despobladas o con mayor déficit de servicios podrán vender a domicilio sellos, sobres prefranqueados y acolchados, así como embalajes de diferentes tamaños para acondicionar sus paquetes y envíos. Asimismo, los vecinos de muchos pueblos de esta España despoblada podrán adquirir los distintivos medioambientales de la DGT que correspondan a sus vehículos, ingresar dinero en su cuenta bancaria a través del servicio 'Correos Cash' y realizar el pago de recibos de servicios como la luz, el gas o el teléfono, con tarjeta bancaria y a través de la PDA de los carteros y las carteras.
Pilar Gimeno
El Norte de Castilla, 26 Abril, 2021
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