16 de julio de 2014

La remodelacion diocesana afecta Castromocho

El obispo remodela varias unidades pastorales y parroquias de la Diócesis. La reestructuración afecta sobre todo a los arciprestazgos del Camino de Santiago y de la Tierra de Campos.

La despoblación que vive la provincia de Palencia y la falta de sacerdotes está obligando a la Diócesis a reestructurar las parroquias y unidades pastorales a medida que los curas se van jubilando. La Oficina de Comunicación de la Diócesis informó ayer de una amplia reestructuración que ha aprobado el obispo de Palencia, Esteban Escudero, que afecta a numerosos pueblos palentinos, en su mayoría de poca población y que entrará en vigor a partir del 1 de septiembre.

En el arciprestazgo del Camino de Santiago, una de las unidades pastorales más afectadas por los cambios es la de Frómista, que a los pueblos que comprendía (Boadilla del Camino, Frómista, Marcilla de Campos, Población de Campos, Revenga de Campos, Villarmentero de Campos y Villovieco, se unirán Lantadilla, Piña de Campos, Palacios del Río Pisuerga –que pertenece a la provincia de Burgos– y Requena. Este aumento de la población incluye la decisión de que el párroco, Juan Carlos Martínez Mayordomo, se vea reforzado en su labor pastoral por los padres Barnabitas, como colaboradores.

Hasta ahora Lantadilla y palacios del Río Pisuerga pertenecían, junto a Osornillo, a la unidad pastoral con cabecera en el primer municipio, que desaparece. Osornillo pasará a depender de Osorno.

De dos a séis en Ampudia

Otra unidad pastoral que experimenta un importante crecimiento de pueblos es la de Ampudia. De tener solo a esta localidad y a Valoria del Alcor, ahora pasarán a depender de ella Pedraza, Torremormojón, Revilla y Villerías. La de Fuentes de Nava suma Baquerín de Campos y Mazariegos –que desaparece como unidad pastoral– a los municipios de Abarca de Campos, Castromocho y el mismo Fuentes de Nava. Villarramiel suma también dos pueblos, Boada de campos y Meneses.

En el arciprestazgo del Brezo, la unidad pastoral de Villalba de Guardo, que incluye Fresno del Río, Mantinos, Pino del Río y Villalba de Guardo, se atenderá temporalmente desde Guardo.

Finalmente, en el arciprestazgo del Cerrato, la única unidad pastoral que registra cambios es la de Quintana del Puente, que absorbe a los tres municipios que dependían de la de Palenzuela, que desaparece, Tabanera de Cerrato, Villahán y la cabecera

Atención en la catedral

Además de esta reestructuración de las parroquias, el obispo, Esteban Escudero, ha realizado nombramientos que refuerzan la curia diocesana y la atención en la catedral. En el primer caso, el prelado ha nombrado oficial a Isaac Laso Ruiz; colaborador de la secretaría general al párroco de Carrión de los Condes, Julio José Gómez Otero –que se mantiene en este destino– y auxiliar del archivo diocesano a Manuel Zarzuelo Villaverde. Julio José Gómez se encargará del nuevo servicio de documentación de la Santa Sede, que el obispo ha creado para acercar los documentos oficiales del Vaticano a los católicos palentinos.

Asimismo, Esteban Escudero ha adscrito a la catedral a cuatro sacerdotes que no tenían asignada ninguna parroquia. Son Isidro López Merino, Manuel Zarzuelo Villaverde, Leonardo Cieza Pedroso e Isaac Laso Ruiz. La adscripción de estos cuatro religiosos a la seo palentina no implica que sean canónigos ni realicen tareas propias de estos, pero sí podrán oficiar misas cuando sean requeridos, entre otras funciones.

Finalmente, el obispo ha aprobado la jubilación de cuatro sacerdotes –Anselmo Bellota Pelaz, Balbino Pescador Gutiérrez, Eugenio González Gil y Joaquín Camina Villa– y la autorización a Pedro Poza Nicolás para que amplíe estudios de Teología en Burgos.

Fernando Caballero, Norte de Castilla "Palencia", 16 Julio 2014. 

7 de julio de 2014

La agricultura de padres a hijos

"La agricultura era antes un trabajo más físico, ahora más técnico", dice Antonio Caballero Clérigo.

Al suroeste de Palencia está Castromocho, un pueblo pequeño y bien cuidado, a pocos kilómetros de la capital. Allí nacieron y siguen viviendo Angelines y Florencio. Cuando eran niños, en los años cincuenta, en el pueblo había casi mil vecinos, fundición y dos fábricas de harina; hoy quedan unos doscientos, y la agricultura es el motor económico principal de la zona.

El matrimonio, además de tres hijos, comparten un amor profundo por el campo. A Florencio (63 años) le mandaron de niño a estudiar fuera, y de jovencito a Barcelona, a trabajar en una tienda. “Pero a mí me gustaba la agricultura, y me gustaba ya mi mujer, y en cuanto pude me saqué el carné y me puse con el tractor”, comenta. 

Empezaron con lo puesto y un par de tierras arrendadas, con chotos y ovejas; luego se centraron en la agricultura, primero de secano (cereal, girasol), y luego de regadío (alfalfas, maíz, guisantes), cuando Castromocho pudo beneficiarse del agua del ramal de Campos del Canal de Castilla. 

En cuanto pudo, Florencio puso el primer pívot de la comarca: “algunos decían que estaba loco, pero yo siempre he tenido mucha confianza en que la agricultura tiene futuro, y la prueba es que hoy todos los que tienen la agricultura un poco curiosa tienen uno”. Y así, año a
año, fueron cayendo préstamos, parcelas, maquinaria, y muchos días de “levantarse muy pronto y acostarse muy tarde, sin coger vacaciones hasta hace cuatro años, que les tocó un viaje que sorteaba ASAJA-Palencia a la playa y les gustó tanto que desde entonces salen una semanita todos los veranos.

En su caso bien vale aquello de “tanto monta, monta tanto”. Ambos son titulares, tienen sus propias explotaciones, y comparten al cien por cien la tarea, con total compenetración. Si Florencio se va a segar el forraje y ni se acuerda de parar a comer, a Angelines (62 años) no le duelen prendas de pasar la tarde del domingo con el tractor “eso sí, después de haber ido a misa y tomado el vermú”. Y no me he lanzado a la ganadería “porque mis hijos no me siguen, porque a mí me encantan los animales y en casa de  mis padres hice muchas veces queso”, explica.

Lo único que se les resiste de la profesión son los vericuetos de la tecnología, GPS y demás, de los nuevos tractores. Pero para eso ya cuentan con la ayuda del pequeño de sus hijos, Antonio, que, a sus 28 años, lleva ya casi diez en la agricultura, “un trabajo que antes era más físico  y ahora más técnico: en menos tiempo haces más
cosas”.

 Considera, como para otros muchos jóvenes, que el mayor inconveniente son las grandes inversiones que hay que hacer, “y el retraso con el que llegan las ayudas: si no te respaldan, es imposible afrontar los créditos”. Aun así, confía en “poder vivir toda mi vida aquí: estoy contento en el campo”.

Teresa Sanz Nieto, asajacyl, 7 julio 2014.