29 de junio de 2024

Castromocho, de las harineras a las cooperativas

El motor económico de la localidad son la agricultura y la ganadería, aunque el Ayuntamiento y el bar también son parte fundamental

Cuando alguien se aproxima a Castromocho, en la provincia de Palencia, es fácil adivinar cuál es el principal motor económico del pueblo. Con la mirada puesta en las extensas hectáreas, mayoritariamente cerealistas, descubrimos la riqueza y la fertilidad de una tierra que tanto ha ofrecido generación tras generación.

La época dorada de este municipio se remonta al siglo XX. El apogeo industrial y el sueño agrícola y ganadero empieza a darse forma con la fundación de la Harinera de Castrillo. Una fábrica construida con adobe y recubierta con placas de ladrillo rojo que logró tener una capacidad de hasta 18.000 toneladas. Luego le siguió la Harinera de Campos Los Ángeles.

En 1936 se abría una factoría con capacidad de 20.000-22.000 toneladas que daría trabajo a 22 personas, con turnos ininterrumpidos las 24 horas del día. Con el tiempo los turnos se fueron reduciendo, así como la plantilla. Al final sólo funcionaba con un turno de ocho obreros. Esta fábrica funcionó como cooperativa y cada uno de los 300 socios poseía una acción de dos pesetas, valor de una fanega de trigo.

Más tarde llegó la fundición de hierro a Castromocho. En 1941 se levantó y duró poco más de diez años. Se dedicó principalmente a cubrir las necesidades del campo elaborando arados, vertederas o rejas, entre otros aperos. Con la evolución de los nuevos métodos empleados en el campo, surgió la necesidad de crear grandes paneras o almacenes para alojar la siembra. Por ello, Castromocho contó con dos silos.

Muchos años han pasado y cada vez quedan menos agricultores en la localidad. Ahora, el desarrollo de Castromocho también depende de su principal institución: el Ayuntamiento. Gracias a la recaudación de impuestos, la rentabilidad de las placas solares y los fondos de los Planes Provinciales la localidad atisba esperanza. La vida social continúa en el bar, que sobrevive con ayuda del Consistorio, y el número de habitantes no desciende gracias a la construcción de ocho viviendas sociales.

De las harineras y los silos, Castromocho ha pasado a tener como empuje económico a las cooperativas Agropal y Cortecam. La primera se abrió en 1997 y cuenta con 5.031 metros cuadrados de almacenes con una capacidad de 14.500 toneladas. Por otro lado, en Cortecam se dedican a vender leche y lechazos desde hace más de treinta años. Está formada por 45 socios y cuenta con dos trabajadores.

La economía

Cooperativas. Cortecam y Agropal son dos cooperativas fundamentales en la economía local de Castromocho.

Antiguos silos. En el siglo XX, al final de la cosecha los agricultores tenían que acudir obligatoriamente al silo a vender su grano.

El Norte de Castilla, 29 Junio, 2024.

Palomares y agua, el tesoro de Castromocho

«Es importante que nuestros pueblos no desaparezcan porque cuando nos demos cuenta de su valor será tarde para recuperarlos»

Aunque las perspectivas de futuro de municipios como el nuestro no sean demasiado esperanzadoras, nosotros creemos que vivir en un pueblo tiene beneficios de los que muchos quisieran disponer en las grandes urbes. Castromocho, no sólo es un territorio del sur occidental de Palencia que está próximo a la capital. Castromocho es un lugar que se sitúa en plena comarca natural de Tierra de Campos, idóneo para desconectar y en el que se puede reconectar con la naturaleza que le rodea.

Castromocho es el tercer pueblo del mundo con mayor número de palomares y cuenta con un importante tesoro, el agua. Y es que nuestra localidad también fue pionera, dispone de agua corriente desde el año 1946, fecha en la que se trajo tan preciado bien a través del campo de Abarca para hacer dos depósitos y un circuito alrededor del pueblo para abastecer los pilones y las fuentes públicas. Infraestructuras que hoy perduran en el tiempo y que puede visitarse al aire libre, al igual que los antiguos lavaderos.

Castromocho también puede presumir de tener una 'Vía Verde', cuyo recorrido permite disfrutar de la Tierra de Campos y sus extensos espacios cerealistas, así como de los humedales recuperados de la Laguna de la Nava y la Laguna de Boada y la flora y fauna asociada a esta rica tierra. Un vial que tiene una longitud de 29,8 kilómetros y está acondicionado para facilitar el tránsito de peatones y ciclistas.

Y si hablamos de festejos, hay citas en el calendario para Castromocho que no pueden pasarse por alto como son: San Antón, la matanza, los carnavales, San Isidro, la Octava del Corpus Christi, la Romería o el Día del Ángel. ¡Y qué decir de nuestra riqueza patrimonial! Las iglesias de San Esteban y de Santa María de Colaña y los puentes sobre el río Valdeginate.

En definitiva, que es importante que nuestros pueblos no desaparezcan porque cuando nos demos cuenta de su valor será tarde para recuperarlos.

Florencio Caballero, Norte de Castilla, 29 Junio, 2024