El 12 de septiembre de 1936, quince vecinos de la localidad palentina de Castromocho fueron arrancados de sus hogares, víctimas de la represión franquista. Ese mismo día fueron fusilados y, aunque en un lugar próximo encontraron sangre y gorras, sus amigos y familiares nunca pudieron hallar sus cuerpos. En aquel entonces, el municipio próximo a Ampudia contaba con cerca de mil vecinos. Ahora, el censo registra 226.
Todavía honran a Nuestra Señora de los Ángeles, su patrona, cuyas fiestas se celebran el 18 de septiembre, tan solo unos días después de que se cumplan 81 años del fusilamiento de estos quince vecinos de la localidad. Precisamente la devoción a la Virgen ha devuelto a esa tierra la identidad de una de las represaliadas. Lina Neira Francés desapareció junto a su marido ese infame 12 de septiembre. Atrás dejaron tres hijos; la pequeña de solo trece años.
Nunca se imaginaron que su madre podría estar enterrada tan lejos, a cincuenta kilómetros, en una de las cuatro fosas del cementerio de El Carmen donde este verano la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid ha exhumado los restos de 186 personas. Entre ellas, Lina Neira, que atesoraba unos alfileres para moños y dos medallas, una de ellas de la cofradía de la Virgen de Castromocho.
Miembros de la asociación viajaron al municipio y allí descubrieron que quince personas habían sido represaliadas. De ellas, solo una era una mujer. Se realizó la prueba a su hija, la única de los tres hermanos que vive y que cuenta con 93 años, y el ADN confirmó el parentesco. «Ella no se imaginaba que a estas alturas iba a conocer el paradero de los restos de su madre», relata Julio del Olmo, presidente de la Asociación.
«Es la primera identificación de esta fosa de El Carmen. Ahora tenemos que seguir tirando del hilo», explica y añade que este hallazgo «ha conseguido poner fecha a la fosa, y nos asegura fehacientemente que se trata de represaliados».
Todavía honran a Nuestra Señora de los Ángeles, su patrona, cuyas fiestas se celebran el 18 de septiembre, tan solo unos días después de que se cumplan 81 años del fusilamiento de estos quince vecinos de la localidad. Precisamente la devoción a la Virgen ha devuelto a esa tierra la identidad de una de las represaliadas. Lina Neira Francés desapareció junto a su marido ese infame 12 de septiembre. Atrás dejaron tres hijos; la pequeña de solo trece años.
Nunca se imaginaron que su madre podría estar enterrada tan lejos, a cincuenta kilómetros, en una de las cuatro fosas del cementerio de El Carmen donde este verano la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid ha exhumado los restos de 186 personas. Entre ellas, Lina Neira, que atesoraba unos alfileres para moños y dos medallas, una de ellas de la cofradía de la Virgen de Castromocho.
Miembros de la asociación viajaron al municipio y allí descubrieron que quince personas habían sido represaliadas. De ellas, solo una era una mujer. Se realizó la prueba a su hija, la única de los tres hermanos que vive y que cuenta con 93 años, y el ADN confirmó el parentesco. «Ella no se imaginaba que a estas alturas iba a conocer el paradero de los restos de su madre», relata Julio del Olmo, presidente de la Asociación.
«Es la primera identificación de esta fosa de El Carmen. Ahora tenemos que seguir tirando del hilo», explica y añade que este hallazgo «ha conseguido poner fecha a la fosa, y nos asegura fehacientemente que se trata de represaliados».
El Norte de Castilla, 31 Marzo, 2017