17 de enero de 2011

Tradiciones dignas de conservar... y de explotar

El culto a la tradiciones gastronómicas alcanza cada año más arraigo en los pueblos de la provincia.

El sábado fue en Becerril de Campos y en la jornada de ayer le tocó el turno a Fuentes de Nava. Ambas localidades fueron las pioneras, un año más, no sólo en rendir culto al marrano, sino en algo mucho más importante como es el culto a las tradiciones más arraigadas en la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia. Tanto en Becerril como en la localidad de La Nava se desarrollaron sendas matanzas del cerdo a la antigua usanza, recuperadas por sus respectivos Ayuntamientos, Centros de Iniciativas Turísticas (CIT) de Palencia y Ampudia, y en las que también se implican año tras año diferentes colectivos locales.

El ritual fue el clásico, ese conocido por la población madurita, no así por las nuevas generaciones: aturdimiento y posterior chamuscado y destazado del animal, para acto seguido proceder al oreo, al despiece y finalmente a la elaboración de los sabrosísimos productos de consumo, que en este caso son todos, por aquello de que del cerdo, hasta los andares. Y el tiempo acompañó para estas prácticas, tanto en la jornada del sábado en Becerril como en la dominical en Fuentes de Nava, así que para combatir el intenso frío se pudieron degustar productos tan nuestros como pastas y sopas de ajo bañadas con orujo y mistela.

Mientras estos ayuntamientos -a los que habrá que sumar en breve los de Castromocho, Monzón de Campos, Villalobón y el de la propia capital, entre otros muchos-, Centros de Iniciativas Turísticas y demás colectivos se afanan de manera decidida en recuperar dichas tradiciones para que los más jóvenes conozcan la forma de vida que tuvieron sus antepasados, existen otras personas y otros grupos que para nada comparten estas prácticas y mucho menos consideran que pueda ser catalogada como fiesta popular.

Sin ánimo alguno de entrar en polémica, sí convendría destacar aquí que jamás fue malo para la sociedad conocer a fondo su pasado como mejor forma de entender un presente más real. Y en esa dinámica, la matanza a la antigua usanza juega un papel primordial y fundamental en una provincia eminentemente agrícola y ganadera como fue y aún es la palentina. Muchas personas se recrean en ella a través de esa memoria de los sentidos que les hace retornar a tiempos pretéritos con olores y sabores de su más tierna infancia. Y si encima, ahora que la gastronomía tan de moda está, se les puede sacar partido a estas tradiciones en los pueblos que apuestan por promocionarlas, pues miel sobre hojuelas.


Diario Palentino_Digital, 17 Enero 2011.

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